sábado, 20 de diciembre de 2008

Ilusa

¿Era todo?, pregunté,
soy un Iluso

No nos dimos nada más,
sólo un Buen Gesto

...

Mordí el anzuelo una vez más,
Siempre un Iluso





Suele ocurrir que uno vuelve a cometer los mismos errores, siempre... que por mantenerse "invulnerable", pone una barrera con otras personas, para no ser herido... Y no necesariamente porque ya fue herido en el pasado por alguien y no quiere que se repita, sino también por miedo... por miedo a que eso ocurra. Pueden darse las dos situaciones, pero por una u otra razón, sucede. Y cuando sucede, uno se siente así, un iluso. Un iluso que cree que esta vez va a ser diferente, que puede confiar por primera vez porque va a ser diferente. Un iluso que muerde el anzuelo, por primera o por décimo primera vez. Cualquiera sea la razón, uno cae o vuelve a caer ante esa ilusión de que las cosas se den de manera distinta. De que esta vez sea lo que uno esperaba, lo que uno quería, lo que uno tanto anhelaba. Que esta vez te esté hablando en serio, que esa persona te esté diciendo la verdad. Pero la realidad es que uno no es más que un iluso, creyendo en una ilusión que no es y no va a ser. Y así retroalimenta ese cículo vicioso de ilusión, decepción, e invunerabilidad...
Pero una cosa es cierta: el que no arriesga, no gana. Y podría uno preguntarse: ¿Ganar qué? Si después, cuando llega la decepción, uno se siente mal... la cuestión es ganar la mayor cantidad de momentos de felicidad que se pueda. Sea lo que sea lo que represente la felicidad para cada uno, todos sabemos que no es eterna, que es efímera, que está en pequeños momentos de corta duración que le van dando significado a nuestras existencias... porque sino, ¿Para qué vivimos?
La cuestión es tomarse las cosas con calma, tranquilo... Si te decepcionaron, ver las cosas con claridad, objetividad, para darse cuenta si realmente vale la pena angustiarse o enojarse por aquella persona o situación que lo ilusionó y luego lo decepcionó.

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